CRISTO NOS SALVA POR SU GRACIA

Texto. Romanos 3:21-26.

I. La Triste Condición Humana

A. La Biblia Nos Presenta Una Clara Radiografía de Nuestra Situación Cuando Nos Alejamos del Señor. (Isaías 1:2-6).

  1. Desde la caída del hombre, el problema supremo ha sido el de rehabilitarse ante Dios.
  2. ¿Cómo puede el hombre deshacerse del pecado y ser aceptado ante Dios?
  3. Alabado sea nuestro Dios, porque sí hay una manera, una sola y nada más.
B. La Justicia de Dios (Romanos 3:21.22)
  1. "La justicia de Dios", "por la fe".
  2. La única manera es Cristo, nuestra justicia, "El Camino, la Verdad y la Vida".
  3. Esto derriba el orgullo del hombre, que está propenso a pensar que puede hacer algo para rehabilitarse ante Dios.
  4. Pues el ser humano está siempre tentado a buscar la justicia por las obras.
  5. El ser humano piensa que guardando la Ley puede ser justificado, pero no, la Ley le muestra el pecado pero no lo justifica.
  6. Dios requiere justicia, pero Él mismo provee dicha justicia.
C. Esta Justicia Está Disponible Para Todos por Fe. (Romanos 3:22,23)
  1. La única condición para obtener la justicia de Cristo es tener fé en Él.
  2. Si la fé está depositada íntegramente en Él, rendirá una verdadera justicia.
  3. El hombre no podrá esgrimir su posición social, para recibir la justicia de Cristo, sólo la fe es válida.
  4. "Todos los que quieran ser salvos, sean encumbrados o humildes, ricos o pobres, deben someterse a la operación de este poder". (PVGM, pág. 70).
  5. El hombre no podrá presentar como argumento su posición económica, para que se le acredite la justicia de Cristo, sólo la fe tiene valor.
  6. El hombre no podrá presentar sus ventajas académicas y culturales, para que se le otorgue la justicia de Cristo, sólo la fe es aceptada.
  7. "Toda la cultura y la educación que el mundo puede dar; no podrán convertir a una criatura degradada por el pecado en un hijo del cielo". (PVGM, pág.70).
"El Señor hizo un sacrificio pleno y completo en la cruz, la cruz de la vergüenza, para que los hombres pudieran ser completos mediante el grande y precioso don de su justicia. Tenemos la promesa de Dios de que él unirá íntimamente a los hombres a su gran corazón de amor infinito, con los vínculos del nuevo pacto de la gracia.  Todos los que abandonen su esperanza de pagar por su salvación, o de ganarla, y acudan a Jesús tales como son, indignos, pecaminosos y caigan ante sus méritos, aferrándose durante su plegaria de la palabra empeñada por Dios de perdonar al transgresor de su ley, confesando sus pecados, y en procura de perdón, encontrarán plena y gratuita salvación". (Carta 148,1897).

II. El Remedio Divino Para Nuestro Mal Es:

A. "Justificación". (Romanos 3:24).
  1. Quiere decir que el hombre pecador es declarado justo ante Dios.
  2. Es cuando Dios a través de Cristo mira al pecador como si nunca hubiera pecado.
  3. "La Justicia de Cristo es aceptada en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica al alma creyente y arrepentida, lo trata como si fuera justo, y lo ama como ama a su Hijo. (Mensajes Selectos, tomo 1, pág. 430).
B. "Gracia". (Romanos 3:24).
  1. "Favor" o "Bondad".  El favor inmerecido de Dios.
  2. Mediante la "gracia", el pecador culpable puede llegar a ser declarado inocente.
  3. Es realmente una "gracia" asombrosa el que Dios nos provea el perdón, nos otorgue la justificación, nos asegure la vida eterna, sin precio, gratis, no obstante que el hombre sea indigno de recibir todo esto.
  4. "Fue la gracia que envío a nuestro Salvador a buscarnos, cuando éramos peregrinos, para llevarnos de vuelta al redil". (Mensajes Selectos, Tomo 1, pág. 389)
C. "Redención". (Romanos 3:24)
  1. Es el rescate del pecador, provisto por medio de Cristo Jesús.
  2. El precio pagado para la liberación del pecador, fue la sangre de Cristo Jesús. (1 Pedro 1:18-19).
  3. Dios es el que rehabilita al pecador, lo hace de manera gratuita, voluntaria y  generosamente.
  4. El pecador de condenado pasa a ser perdonado, gracias a Cristo Jesús.
  5. El hombre culpable es declarado inocente, gracias a Cristo Jesús.
III. Propiciación Por Medio de la Cruz

A. Cristo es Nuestra Expiación.  (Romanos 3:25,26)
  1. Cristo es nuestro "reconciliador".
  2. Cristo es quien "cubre nuestros pecados".
  3. Cristo es nuestro "sustituto".
  4. Cristo realizó el sacrificio eterno y supremo, por amor a nosotros.
  5. Cristo ya hizo propiciación por nuestros pecados.
  6. Cristo ya se ofreció como la ofrenda perfecta, al morir en la cruz, fue el sustituto perfecto de nosotros imperfectos y pecadores.
  7. Nuestra obra consiste en poner nuestra voluntad de parte de la voluntad de Dios. Luego, por la sangre de la expiación, llegamos a ser partícipes de la naturaleza divina; por Cristo somos hijos de Dios, y tenemos la seguridad de que Dios nos ama así como amó a su Hijo. Somos uno con Jesús". (JT. Tomo 2, pág. 339).
IV. Invitación Final

A. La Propiciación Fue Posible Por la Sangre Derramada por Cristo

"Mediante Cristo, se dan al hombre tanto restauración como reconciliación... Un rescate pleno y completo ha sido pagado por Jesús en virtud del cual es perdonado el pecador y es mantenida la justicia de la Ley.  Todos los que creen que Cristo es el sacrificio expiatorio pueden ir y recibir el perdón de sus pecados, pues mediante los méritos de Cristo se ha abierto la comunicación entre Dios y el hombre.  Dios puede aceptarme como a su hijo y yo puedo tener derecho a él y puedo regocijarme en él como en mi Padre amante.  Debemos centralizar nuestras esperanzas del cielo únicamente en Cristo, pues Él es nuestro sustituto y garantía". (MS, T1, pág.426).
  1. Cristo se entregó  a sí mismo para ser nuestro sustituto y nuestra seguridad. ¿Le entregáremos nuestra vida, para que Él la cambie y santifique?
  2. ¿Ha quedado claro que no hay nada que podamos hacer para salvarnos a sí mismo?
  3. Necesitamos ir  hoy mismo a Cristo nuestro sustituto y Salvador.
  4. Cristo, en su gran amor por el pecador, nos mirará cuando acudamos a Él, suplicantes, temblorosos y nos levantará.
  5. Cristo mediante su propia expiación proveyó para el hombre un caudal infinito de poder para que triunfemos sobre cualquier debilidad, duda o temor que nos impida ir a Él.
  6. Ahora mismo podemos llevarle nuestros pecados, nuestros malos hábitos, nuestras dudas, nuestras tristezas y nuestro egoísmo, a sus pies, pues Él nos ama y nos recibe tal cual nos encontremos ahora, ven ahora mismo a Jesús.
  7. En este momento, las manos y el corazón de Jesús se abren de par en par para recibir al más vil de los pecadores, su tierna mirada de amor se fija justo en usted que se siente indigno de su perdón. 
  8. Usted puede ahora mismo oír su melodiosa voz con palabras que estimulan su confianza en Él, quien le dice: "Ni yo te condeno. Vete y no peques más". (Juan 8:11).
  9. Entréguele ahora mismo su vida a Cristo, Él se encargará de conformar y modelar su vida de acuerdo con su propia voluntad.
(Tomado de:  IASD. Ministerio Juvenil. Unión Colombiana. Jóvenes predicando con el espíritu y el poder de Elías. Tema 7)

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