CRISTO ES NUESTRA COBERTURA TOTAL
Texto Juan 10:27-29.
I. En un Mundo Inseguro. Se Busca Seguridad.
A. Vivimos en un Mundo Aterrador
- No hay seguridad en ninguna parte, ni en la ciudad, ni en el campo.
- Todo mundo busca seguridad y la busca según sus posibilidades.
- Hay una gran cantidad de ofertas o aparentes soluciones al problema de la inseguridad: Alarmas, Perros, Armas, Vigilancia privada, Seguros, etc.
B. El Negocio de los Seguros, Ofrece una Póliza Llamada "Cobertura Total"
- Es un seguro con "Cobertura Total", contra todos los riesgos.
- Para ser amparado por dicho seguro el interesado debe aceptar ciertos requisitos, exigidos por la aseguradora, que son indispensables para tener la seguridad de que es amparado totalmente.
- Además, para que el seguro lo pueda cubrir, la compañía aseguradora y el interesado deben firmar un contrato, o convenio, donde las dos partes se comprometen mutuamente a cumplir lo pactado.
C. Hay Una Inseguridad Mayor Aún. La Inseguridad Espiritual. (Lucas 21:26, 1 Corintios 10:12).
- En un mundo carente de lealtad, surge la fidelidad de Dios.
- En un mundo inestable, en todos los ámbitos, surge la firmeza de Dios.
- En un mundo donde se carece de confianza, surge la confiabilidad de Dios.
- En un mundo inestable, surge la estabilidad de Dios.
- En medio de la inestabilidad e inseguridad humanas, el hijo de Dios puede descansar seguro en el amor de Dios, que es Todopoderoso.
D.¿Cómo Estamos Siguiendo a Cristo? ¿Estamos Seguros de Seguirlo? (Lucas 22:54, Marcos 14:54)
- La Escritura dice que: "Pedro le seguía de lejos". ¿Hemos decidido seguir a Cristo, pero de qué forma?
- Pedro ya tenía más de tres años de seguir a Jesús, pero, ¿cómo lo estaba siguiendo?... "de lejos".
- ¿Estamos siguiendo a Cristo lo suficientemente cerca para retener el nombre de cristianos, o lo suficientemente lejos como para seguir nuestro propio estilo de vida?
- Pedro seguía Jesús de lejos por temor a ser descubierto y a ser identificado como un seguidor de Cristo y como consecuencia de tal actitud negó a su Maestro y Salvador. (Lucas 22:55-60).
II. Cristo Nuestra Gran Seguridad
A. Cristo es "Cobertura Total". (Juan 10:27-30).
- Aquí, Cristo nos ofrece seguridad contra todo riesgo.
- Si le entregamos todo nuestro ser, tendremos la seguridad que nadie podrá arrebatarnos de su mano.
- Mientras reposamos en esa seguridad, que es Cristo estaremos seguros, pues tenemos "cobertura total".
- Sí, Cristo Jesús, ¡precioso Salvador!. En Él se encuentra todo: seguridad, ayuda y paz.
- Sí, Cristo Jesús es quien despeja todas nuestras dudas y temores.
- Si, Cristo Jesús es la plenitud de todas nuestras expectativas.
- Sí, Cristo Jesús es la sombre de la "Roca Protectora" para los cansados.
- Sí, Cristo Jesús es la gran "Fuente de Agua Viva" para el alma sedienta.
- Sí, Cristo Jesús es nuestro "Seguro Refugio" en las duras tormentas de la vida.
B. Para Recibir Los Beneficios de la "Cobertura Total" De Parte de Cristo, Debemos "Oír Su Voz y Seguirlo". (Juan 10:27).
- "Oyen mi voz, y me siguen". Cada uno de nosotros ha de oír la voz de Dios hablándonos a nuestro corazón, que nos dice "Sígueme".
- Cristo no solamente nos da las directrices acerca del camino en el cual debemos andar, sino que se ofrece como nuestro Maestro para enseñarnos.
- Cristo no sólo nos dice cómo debemos obedecer, sino que, mediante un ejemplo práctico, a través de su vida cuando anduvo en este mundo, nos mostró cómo debemos hacerlo.
- De manera que Cristo camina delante de nosotros, derribando los obstáculos y esperando que nosotros sigamos sus pisadas.
- Sí, nuestro bendito Salvador nos dice: "Sígueme, Yo te conduciré". "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". "El que me sigue no caminará en tinieblas". (Juan 14:6,8,12).
C. Al Aceptar Nuestro Seguro, De "Cobertura Total", Cristo Jesús, Debemos Cumplir Diez Requisitos. (Juan 14:15,21).
- Para que el seguro de la vida eterna tenga validez, hay que cumplir de manera voluntaria, motivados por el amor, todos los requisitos, no se trata de seleccionar dos o nueve, son los diez: todos los Mandamientos.
- Por eso mismo Juan, al referirse a los que pretenden amar a Dios sin obedecer sus requerimientos, nos advierte de manera contundente: "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en Él". (1 Juan 2:4).
- No ganamos la salvación con nuestra obediencia, porque la salvación es un regalo de Dios, que se recibe por la fe. Pero la obediencia es el fruto de mi fe en Cristo mi Salvador.
- Cuando guardo todos los mandamientos estoy dando la verdadera prueba de mi amor a Cristo.
- De manera que: "Sí moramos en Cristo, si el amor de Dios mora en nosotros, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras acciones, tienen que estar en armonía con la voluntad de Dios como se expresa en los preceptos de su santa ley". (Reflejemos a Jesús, 17 de Septiembre).
"Si carece de amor cualquier servicio que prestemos a Dios o al hombre, no se cumple la ley. Es el amor quien nos protege de violar los Diez Mandamientos, pues, ¿cómo podríamos adorar a otros dioses, tomar el nombre de Dios en vano y descuidar la observancia del día de reposo, si verdaderamente amamos al Señor?. ¿Cómo podemos robar lo que pertenece a nuestro prójimo, testificar contra él o codiciar sus posesiones, sí lo amamos?. El amor es la raíz de la fidelidad para con Dios y de la honra y el respeto por los derechos de nuestros prójimos. (CBA, Tomo 1, pág. 613).
III. Invitación: Aceptemos "Nuestro Seguro Eterno". Cristo Jesús.
A. Cristo nos invita para que con toda confianza y seguridad nos acerquemos a Él. (Hebreos 4:16, Juan 6:37).
- Nuestro seguro de salvación comienza a regir a partir del momento que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador. (Juan 10:9,10).
- Cristo desea adoptarnos como sus hijos, pero para que eso sea una realidad, nosotros debemos aceptar esa adopción, porque, sólo a los que reciben a Cristo como su Salvador se les da la facultad de llegar a ser hijos e hijas de Dios. (Juan 1:12).
- Para ser hijos de Dios, debemos ser hallados dignos y sólo a través de Cristo es que llegamos a serlo, porque sólo Cristo tiene poder de limpiar el corazón.
- Juan reconociendo que sólo Jesús es quien puede perdonarnos, cambiarnos, justificarnos y santificarnos exclamó: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". (Juan 1:29).
- Por tanto, cada uno de nosotros al ir a Jesús para que nos perdone y nos acepte sólo podemos decir: "Nada traigo en mi mano, sólo me aferro a la cruz":
"Nuestra única esperanza, si queremos vencer, radica en unir nuestra voluntad a la de Dios y trabajar juntamente con él, hora tras hora y día tras día. No podemos retener nuestro espíritu egoísta y entrar en el reino de Dios. Si alcanzamos la santidad, será por el renunciamiento al yo y por la aceptación del sentir de Cristo. El orgullo y el egoísmo deben crucificarse. ¿Estamos dispuestos a pagar lo que se requiere de nosotros? ¿Estamos dispuestos a permitir que nuestra voluntad sea puesta en conformidad perfecta con la de Dios? Mientras no lo estemos, su gracia transformadora no puede manifestarse en nosotros". (DMDJ.pág.122).
(Tomado de: IASD. Ministerio Juvenil. Unión Colombiana. Jóvenes predicando con el espíritu y el poder de Elías. Tema 10)
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