CRISTO ES NUESTRO REGENERADOR













Texto:  Romanos 6:1-23

I. El Resultado de la Regeneración

A. Una Lección Tomada del Bautismo (Rom. 6:1-4)

  1. Para el que cree y acepta a Jesús, el bautismo representa la confesión pública de haber muerto al pecado y ser levantado espiritualmente a una nueva vida.
  2. Para el que sigue a Cristo, el bautismo por inmersión, es una representación dramática de muerte a la antigua vida y resurrección a una vida guiada por el Espíritu Santo.
  3. El bautismo carece de significado a menos que represente una experiencia espiritual de un cambio progresivo en la nueva vida del creyente.
  4. Cuando la persona es bautizada está haciendo un pacto con Dios y delante de los hombres se compromete a "andar en novedad de vida".
  5. Con el bautismo declaramos nuestra unión con Cristo en conexión con su muerte, o sea que expresamos fe en su expiación por nuestros pecados.
  6. Al ser bautizados estamos declarando que hemos muerto al pecado y a la antigua vida sin sentido lejos de Dios.
  7. Con el bautismo confesamos que hemos experimentado una resurrección espiritual, efectuada por el poder de Dios obrando en mi ser.
"El profundo significado del rito del bautismo... La participación inteligente en el significado del simbolismo es lo que proporciona al creyente la bendición prometida.  El bautizado analiza cada una de las etapas del proceso y se dice a sí mismo: "Ahora estoy comenzando a tener comunión con Cristo en su muerte.  Cuando fuí sumergido me sepulté con Cristo".  De este modo la ceremonia no es un rito vacío y externo, sino una experiencia que confirma y transforma, y que será siempre recordada como un símbolo del fin dela vida antigua de pecado y el comienzo de una nueva vida de rectitud en unión con Cristo". (CBA, T.6, pág. 536).

B. El Bautismo Tiene El Propósito De (Rom. 6:5-11)
  1. Ser un recordatorio y estímulo espiritual del creyente en Cristo Jesús.
  2. Fijar en nuestra mente el hecho de que hemos realizado una confesión pública de nuestra fe en Cristo.
  3. Recordemos la sagrada obligación de vivir conforme al significado del bautismo, en palabras, en acciones, en conducta tanto en público como en privado.
C. Una Obligación Moral. (Romanos 6:12-14)
  1. Una vida de santidad es posible porque se es creyente, pero no es un resultado automático de la conversión.
  2. El creyente debe sentir el peso de su obligación de escoger lo bueno, seguir lo recto y esforzarse en la excelencia cristiana.
  3. Una persona que ha sido regenerada, por Cristo Jesús, ya no está bajo el dominio del pecado. Ver. 1 Juan 3:6.
  4. Se obtiene la victoria sobre el pecado, no porque seamos capaces de hacerlo humanamente, sino por el poder de la gracia por la cual hemos sido salvados.
  5. El hecho de estar bajo la gracia, debe despertar en nuestros corazones hambre de la justicia de Cristo, de su santidad, de su pureza y de ser cada día más semejantes a él.
II. La Regeneración, Resultado de Un Móvil Espiritual

A. Esclavos del Pecado (Romanos 6:15-17)
  1. Antes de conocer y de aceptar a Cristo, la persona es esclava del pecado.
  2. Cuando la persona está sin Cristo, el pecado es su amo, vive de acuerdo con los caminos del pecado.
  3. Cuando la persona acepta, de manera voluntaria, seguir a Cristo no es que sea libre para pecar, sino libre del pecado.
  4. Esto quiere decir que, la persona ha sido perdonada y a partir de ese momento se convierte en sierva de la justicia.
B. Tenemos Un Nuevo Amo y Señor (Romanos 6:18-23)
  1. Cuando la persona acepta y sigue a Cristo, elige ser siervo de la justicia.
  2. Esta es la esencia del arrepentimiento, que significa dar media vuelta, dejar el camino de pecado que ha llevado hasta ese momento, y colocarse al servicio de la justicia.
  3. Cuando la persona sigue a Cristo, promete lealtad a su nuevo "Señor", a la vez declara públicamente que:
  • Servirá a la pureza y a la rectitud.
  • Servirá a la justicia y al amor.
  • Abandonará el orgullo para seguir la  humildad.
  • No habrá más incredulidad, sino fe y esperanza.
  • No permitirá que la codicia invada su vida, antes vivirá una vida totalmente desprendida y desinteresada del mundo.
  • Sus labios no pronunciarán más mentiras, sino que habrá veracidad y reverencia en todo cuanto diga y haga.
  • No habrá más embriaguez, sino sobriedad y templanza.
  • No habrá más violencia, sino paz y armonía.
"La obra de transformación de la impiedad a la santidad es continua.  Día tras día Dios obra la santificación del hombre, y éste debe cooperar con él, haciendo esfuerzos perseverantes a fin de cultivar hábitos correctos.  Debe añadir gracia sobre gracia; y mientras el hombre trabaja según el plan de adición, Dios obra para él según el plan de multiplicación.  Nuestro Salvador está siempre listo para oír y contestar la oración de un corazón contrito, y multiplica para los fieles su gracia y paz". (Hechos de los Apóstoles, pág. 425).

IV.  Invitación Final

A. Rendir Nuestra Vida A Nuestro Nuevo Amo y Señor
  1. Reconozco que Cristo es quien "Regenera" mi vida espiritual.
  2. Reconozco que necesito un cambio radical de mi yo interior y que sólo puede ser efectuado por el Espíritu de Dios que regenera y cambia vidas.
  3. Acepto el plan para la salvación del hombre y a Cristo quien me libera de la condenación mediante la aceptación de sus méritos.
  4. Reconozco que necesito la ayuda permanente del Espíritu Santo: Realizar el nuevo nacimiento o la creación de una nueva persona, libre de la esclavitud del pecado.
"Necesitamos vivir como almas nacidas de nuevo, para que podamos ser resucitados en el último gran día.  De ese modo nos comprometemos a andar en novedad de vida; porque estamos muertos, y nuestra vida esta escondida con Cristo en Dios. "Sí, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios": (Col 3:1).  Es allí donde usted debe colocar su tesoro.  El hombre finito no puede creer por usted. (Exaltad a Cristo, Abril 5).
¿Está dispuesto a acudir hoy mismo a la gran fuente de poder para obtener fuerza y vivir según la voluntad de Dios?.

"Los votos que asumimos con el bautismo abarcan mucho.  En el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, somos sepultados como en la muerte de Cristo, y levantados a semejanza de la resurrección, y hemos de vivir una vida nueva... en adelante en el creyente ha de estar presente que está dedicado a Dios, a Cristo y al Espíritu Santo.  Ha de subordinar a esta nueva relación, todas las consideraciones mundanales.  Ha declarado públicamente, que  ya no vive en el orgullo y la complacencia propia.  Ya no ha de vivir en forma descuidada e indiferente.  Ha hecho un pacto con Dios.  Ha muerto al mundo; ha de vivir para Dios y dedicarle toda la capacidad que le confío, sin perder jamás de vista el hecho de que lleva la firma de Dios; es un súbdito del reino de Cristo, participante de la naturaleza divina.  Ha de entregar a Dios todo lo que es y todo lo que tiene, empleando sus dones para la gloria de su nombre". (Testimonio, Tomo 4, pág. 296).

(Tomado de:  IASD. Ministerio Juvenil. Unión Colombiana. Jóvenes predicando con el espíritu y el poder de Elías. Tema 14)

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