CRISTO ES DUEÑO Y SEÑOR DE NUESTRA VIDA


Texto. Salmo 24:1

I. "Del Señor es la tierra y su plenitud".

A. "Dios, El Eterno, El Creador de los Cielos... El que Extiende la Tierra y sus Productos; El Que Da Aliento al Pueblo que Mora en Ella, y Vida a los QUe Andan por Ella". (Isaías 40:28).

  1. La Palabra de Dios deja bien claro este punto, el hombre no es dueño de nada, absolutamente nada le pertenece al ser humano, todo es de Dios.
  2. El hombre no es dueño ni aún de su fuerza física y mental, pues, "El ingenio del hombre, su criterio, su poder de realizar, todo proviene de Dios.  Todo debiera ser dedicado al servicio de Dios... El los ha comprado, y todas las facultades que ustedes tienen le pertenecen". (Alza Tus Ojos, 1 de Marzo).
  3. El hombre es un ser creado, y como tal pertenece a su Creador, "el mundo y los que habitan en él". (Salmo 24:1). Todos pertenecemos a nuestro Dios.
  4. El hombre también es un ser redimido, "rescatado con la sangre de Cristo". (1 Pedro 1:18-19). Por tanto, el hombre no se pertenece a sí mismo.
  5. Reitero, la tierra y todo lo que hay en ella pertenecen a Dios; él es el dueño supremo.
  6. "El reconocimiento de esta relación entre el hombre y su Creador debiera producir en nosotros una determinación de ejercer gran cuidado en el uso de todo lo que nos ha sido confiado durante el período de nuestra peregrinación en esta tierra".
  7. El verdadero creyente en Cristo constantemente procura glorificar a Dios en el manejo de las cosas colocadas bajo su cuidado, ya sean físicas, mentales o espirituales". (CBA, Tomo 6, pág. 678).
II. Reconociendo El Dominio de Dios

A. "pero del árbol del conocimiento del bien y  del mal no comerás". (Génesis 2:15-17).
  1. "Tomó, pues, Dios El Eterno al hombre y  lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo guardara.  Y Dios El Eterno mandó al hombre: "Puedes comer de todo árbol del huerto", "pero del árbol del conocimiento del bien y  del mal no comerás, porque el día que comas de él, morirás".
  2. Antes del pecado Dios se reservó este "árbol" que era un constante recordativo a Adán, que Dios era el dueño de todo lo creado, por tanto no debía tocar lo prohibido so pena de pena.
  3. "Dios grabó en la mente de Adán la realidad de su derecho al concederle dominio sobre la tierra.
B. Después del Pecado, Dios Estableció El Sistema del Diezmo y las Ofrendas
  1. Luego del pecado, Dios dio al hombre el sistema del diezmo como un constante recordativo que Dios es el dueño de todo y que nada pertenece al hombre.
  2. "El sistema del diezmo se remonta hasta más allá del tiempo de Moisés. Ya en los días de Adán, se requería delos hombres que ofreciesen donativos de índole religiosa, es decir, antes que el sistema fuese dado a Moisés en forma definida.
  3. Al cumplir lo requerido por Dios, debían manifestar mediante sus ofrendas, aprecio por las misericordias y las bendiciones de Dios para con ellos.  Esto continuó durante las generaciones sucesivas y fue practicado por Abraham, quien dio diezmos a "Melquisedec, sacerdote del Altísimo". (Génesis 14:18-20).
  4. Años después al elegir Dios al pueblo de Israel, "como su especial tesoro", le fue recalcado el deber de diezmar. Levíticos 27:30-34.
  5. Cristo mismo se refirió al deber de diezmar como algo que era "necesario hacer, sin dejar lo otro". (Lucas 11:42).
  6. En otra ocasión dijo: "Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios". (Mateo 22:21).
III. El Diezmo y Las Ofrendas

A. El Diezmo, Expresión de Fidelidad.  (Malaquías 3:10)
  1. En el sistema bíblico del diezmo es justo y varia de una a otra persona puesto que está en proporción a sus entradas.
  2. En el caso de una persona de pocos ingresos el diezmo será comparativamente pequeño, y hará su donativo en proporción a sus posibilidades.
  3. De igual manera cuando los ingresos son altos, también el diezmo debe estar en consonancia con el monto recibido.
  4. Pero no es la cantidad de diezmo lo que hace aceptable por Dios: es el propósito del corazón, el espíritu de gratitud y amor que expresa.
  5. Dios, "nos ha impartido el tesoro más rico del cielo al darnos a Jesús. Con él nos ha dado todas las cosas para que disfrutemos de ellas abundantemente.
  6. Los productos de la tierra, las cuantiosas cosechas, los tesoros de oro y plata, son sus dones. Ha entregado a los hombres casas y tierras, alimento y vestido.
  7. Nos pide que lo reconozcamos como el Dador de todas las cosas, y por esta razón ha dicho: De todas vuestras posesiones me reservo la décima parte para mi mismo, además de los donativos y las ofrendas que deben ser llevados a mi tesorería.
B. Las Ofrendas, Expresión de Amor y Gratitud. (Malaquías 1:6-10; Levíticos 22:21-24)
  1. Estimados amigos y hermanos, el amor debe ser el principio que nos impulse a hacer todo lo que Dios nos dice en su Palabra.
  2. Si amamos a Jesús, amaremos vivir para él, presentar nuestras ofrendas de gratitud a él, trabajar para él.  El mismo trabajo será liviano.  Todo lo que hacemos debemos hacerlo voluntariamente.
  3. Debemos llevar nuestras ofrendas con gozo y gratitud, diciendo al entregarlas: De lo recibido de teu mano te damos voluntariamente.
  4. El servicio más costoso que podamos prestar resulta insignificante cuando lo comparamos con el don que Dios hizo a nuestro mundo. Cristo es un don cada día. (CMC. pág.208/210).
  5. "Dios se deleita en honrar la ofrenda del corazón que ama, dándole la mayor eficacia en su servicio.  Si hemos dado nuestro corazón a Jesús, le traeremos también nuestros donativos.
  6. Nuestro oro y plata, nuestras posesiones terrenales más preciosas, nuestros dones mentales y espirituales más elevados, serán dedicados libremente a Aquel que nos amó y se dio a sí mismo por nosotros (DTG. pág. 46).
IV.  Invitación Final

A. Demostrando Fidelidad, Amor y Gratitud
  1. "'¡Dios compasivo  y bondadoso, lento para la ira y grande en amor y fidelidad!". Éxodo 34:6.
  2. Abandonemos ese espíritu codicioso que nos induce a ser descuidados en diezmar lo que nos corresponde.
  3. Si importar las circunstancias financieras en que nos encontremos, prometamos al Señor hoy mismo que, de aquí en adelante devolveremos fielmente el diezmo de todos nuestros ingresos. (Ver Génesis 28:20-22).
  4. Que quede bien claro este punto, la devolución fiel del diezmo no es para ganar el favor del cielo, sino un humilde y  agradecido reconocimiento del perdón y el favor de Dios.
  5. ¿Cuántos, en respuesta amorosa por lo que Cristo hizo, está haciendo y continuará haciendo con la ayuda divina, se proponen devolver a Dios un diezmo fiel y en llevarle también ofrendas de agradecimiento?.
(Tomado de:  IASD. Ministerio Juvenil. Unión Colombiana. Jóvenes predicando con el espíritu y el poder de Elías. Tema 9)

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